viernes, 8 de octubre de 2021

Las carreteras y el fin de la era del petróleo - Fragmento 6

 

Citación sugerida:
Molina Molina, José Antonio (2020): Las carreteras y el fin de la era del petróleo.

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2. Un mundo lleno de carreteras

   Nos complace ver paisajes llenos de carreteras, nos aporta una suerte de seguridad y tranquilidad saber que podemos movernos de un lado a otro, y que tenemos garantizado el suministro de productos básicos y productos de lujo porque tenemos abundantes carreteras y vehículos a nuestra disposición. La vasta densidad de redes viarias nos proporciona también una prueba de que estamos venciendo, o creemos estar venciendo, en esta guerra sin cuartel contra el medio natural. Nuestra cultura occidental está aquejada de una enfermedad extraña y dramática, cuyo causa, o cuyo síntoma (no está claro), es una grave disociación entre nosotros y el mundo exterior a nosotros. Esta voluntad, la de desvincularnos de la naturaleza, parece fruto de una enajenación, porque no podemos sobrevivir sin ella.

   En efecto, necesitamos el aire, el agua, unos alimentos determinados que extraemos de los vegetales o los animales, y unas condiciones de temperatura, humedad, densidad y composición atmosférica, radiación solar, etc. muy concretas para sobrevivir. Estamos conectados de una manera íntima y sustancial con la geosfera y la biosfera que habitamos, hasta el punto de que somos producto de ellas y existimos en relación de dependencia directa con ellas. La enfermedad ha empeorado tanto que hemos llegado a renegar de la parte más natural, menos simbólica, de nosotros mismos, es decir, nuestros propios cuerpos: estos han dejado de ser algo que somos, para ser algo que tenemos. El mundo exterior se ha convertido en algo ajeno a nosotros, una fuente de amenazas constantes. La enfermedad, la muerte, y toda suerte de contingencias, propias del mundo natural, están ahí fuera, amenazándonos, acechándonos, y nos hemos revelado. La iniciativa de la rebelión se gestó, acaso, en el seno de la cultura occidental, y desde ella se siguen dirigiendo las terribles ofensivas contra la naturaleza. Vivimos en una guerra abierta contra ella, tratando de someterla para que ella no nos someta. La hemos convertido en algo a conquistar, a explotar, a doblegar, considerándola un almacén de recursos del que debemos aprovecharnos, e ignorando que todo el maltrato y todos los abusos que realizamos contra esta, nuestra fatal enemiga, los ejercemos también contra nosotros mismos, pues nosotros somos ella.

   La grave enfermedad o desvarío de la humanidad, liderado por la civilización occidental, y apuntado en el párrafo anterior, es un tema complejo y grave, pero excede las pretensiones de este modesto trabajo. Lo que interesa reseñar es que las carreteras son un episodio más de esa colonización violenta que el hombre ejerce sobre la naturaleza, pero lejos de preocuparnos, o de inquietarnos ante la manera en que fragmentan los ecosistemas naturales, nos agrada la alta densidad de las mismas, y el hecho de que crezca cada año. Pensamos, ciertamente, que cuantas más carreteras haya mejor será nuestra vida. Se trata de una de las infraestructuras civiles más populares entre la sociedad, y los políticos, buenos conocedores de ello, siempre pregonan en sus programas la construcción de nuevas carreteras, lo que siempre les asegura una respuesta positiva de la ciudadanía. Pero cualquier persona sensata puede entender que todo tiene una medida, unos límites, y un precio (no únicamente monetario), y que por mucha popularidad que tengan las carreteras y por muchas que sean las ventajas que se les atribuyan, llegará un momento en que habrá que detenerse a reflexionar sobre su densidad, pues esta no puede crecer indefinidamente. 

  Recordando que las carreteras y el tráfico existen en estrecha relación, cabe también señalar que tampoco la densidad de vehículos puede crecer para siempre, y no podrá, de hecho, pues los automóviles de hoy en día se alimentan de un recurso energético no renovable. En un estudio en profundidad, que no podemos realizar en los estrechos márgenes de este breve ensayo, se realizaría una evaluación de la densidad de carreteras mundial en función del tiempo. Esta evaluación se confrontaría, posteriormente, con otro estudio en profundidad que relacionara la densidad del tráfico con el tiempo, teniendo en cuenta factores determinantes como la evolución de los precios del crudo, frente a los cuales es de esperar que reaccione casi flexiblemente el número de vehículos matriculados cada año. De dicha confrontación entre ambos estudios se seguiría, posiblemente, que la tendencia a la baja en cuanto a la densidad de vehículos, debido a la tendencia alcista en los precios del crudo, entraría en contradicción con la tendencia alcista de la densidad de carreteras. En este breve apartado, no obstante, la pregunta que acometemos es más modesta: se trata de indagar acerca de cuántas carreteras hay.

Figura 2.1. Longitud total de carreteras por países. Se muestran solo los 30 países con más carreteras del mundo, incluyendo tanto las vías pavimentadas como no pavimentadas Se trata de una comparativa aproximada, porque los datos no corresponden al mismo año de referencia, variando del 2004 al 2014. Fuente: CIA y elaboración propia.

   Más que hablar del número de carreteras, hay que hablar del número de kilómetros de carreterasnota 7. De entre todos los países del mundo, la clasificación la lidera Estados Unidos, con 6.586.610 km de carreteras, en el año 2012. Puede llamar la atención que India ocupe la segunda posición, con 4.689.842 km, seguida por China, con 4.106.387 km. Después vienen Brasil, Rusia y Japón. El segundo, a pesar de ser, con diferencia, el país más extenso de la tierra (cuenta con más de 17 millones de km2, seguido muy de lejos por Canadá) solo dispone de 1.283.387 km de carreteras. Compárese con Japón que, a pesar de sus dimensiones modestas (377.915 km2) y de su carácter montañoso, cuenta con 1.210.251 km, casi los mismos que Rusia, y más que cualquier país europeo.

Notas:
Los datos siguientes se han obtenido del documento elaborado por la CIA The World Factbook, que puede consultarse en línea en la dirección: https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/index.html (fecha de consulta: 19/12/2016). Volver al texto



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